Con un post anterior "El mito de la maternidad innata" (13 de marzo de 2012) comencé un intento de "desmitificar" muchas ideas extendidas en nuestra sociedad y que perpetúan la desigualdad de género. Es necesario conocerlos y saber que hay otros modelos posibles. El género es una construcción social y si queremos igualdad real debemos crear juntos nuevas masculinidades y feminidades.
¡Es posible!
En
la idea romántica del amor el otro se sobreestima, no se le ve en su
diferencia, en su realidad cotidiana. Se le idealiza. Por eso se dice que el
amor es ciego. Cuando cae el ideal la mujer puede seguir amando en lo real cotidiano,
pero en el fondo de su ser espera que la otra persona se aproxime al ideal que
ella se ha forjado. En la idea romántica del amor no se ve a éste como un
proceso a desarrollar sino como una emoción inicial que debe perdurar «y fueron
felices».Esta idea romántica del amor no está reñida
con el ideal de mujer moderna que promueve
nuestra sociedad androcéntrica y que podemos ver en la publicidad: mujer
seductora, competitiva e independiente, por lo menos
hasta que encuentre el amor ideal. Entonces
será perfecta ama de casa, amante de sus hijos y de su esposo y, a la vez, buena trabajadora. Y es que el cambio de costumbres,
altamente difundido hoy en los programas de
televisión, no tiene por qué relacionarse con un cambio en los modelos de relación. Se pueden tener prácticas relacionales
diferentes a las tradicionales y sin embargo
tener como meta, en el imaginario, un modelo de relación ideal y deseable que se contradice con los hechos. Por ello es importante
desvelar el imaginario y hacer visibles otros modelos amorosos no
androcéntricos.
El modelo ideal de relación amorosa ha sido construido socialmente
y de ello hay que hablar en la educación de las y los adolescentes.
(...) A partir del siglo XIX, gracias
a la ideología romántica, el amor se convierte en el eje principal que da
sentido a la existencia, dando paso a continuación al matrimonio con aquél o
aquélla objeto de la pasión. Este sentimiento de amor romántico va acompañado, en el
imaginario y en la realidad cotidiana, de futuro matrimonio o convivencia, casi
siempre con hijos incluidos, junto a la fidelidad sexual, con lo que implica de
posesión, celos y agresividad psicológica y/o física. En el amor, sin embargo,
la posesión, el control y los celos son actitudes y comportamientos que
acabarán con él.
Este mito del amor romántico tiene mayor eco en las mujeres, que
asumen en mayor grado la limitación de la actividad sexual a una única pareja.
Todo este proceso hace que se dirijan y desarrollen fuertes sentimientos hacia
quien que parece ser la fuente del mayor goce y placer, el otro. Por ello
cuando el otro como «único» falta, o no está presente, podemos oír frases como esta: «mi vida sin ti no
tiene sentido», frase, por otra parte, que podemos oír en las canciones más actuales
y que indica el miedo a la pérdida y la angustia, ante la posibilidad o la
certeza de que el otro desaparezca.
Gran parte de la identidad de las mujeres se ve implicada en este
mito, al poner y projectar la mayoría de sus ansias, necesidades de amor y
proyecto de vida feliz en ese vínculo elegido. En aras de este proyecto
interiorizado «y fueron felices» se sacrifican y soportan relaciones que no son
de respeto ni de igualdad, esperando que algún día lo sean. Y es que las
opciones individuales están condicionadas por la existencia de los modelos
sociales imperantes e interiorizados en cada individuo.
Què et sembla si et subscrius al bloc? Rebràs gratuïtament les novetats al teu correu i podràs donar-te de baixa quan vulguis. Ho pots fer des de la secció Seguidors que trobaràs al marge superior dret del bloc.Gràcies
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada