Existe una gran presión social,
basada en el mito de la maternidad y en su forma de ejercerla como destino
prioritario de la mujer, que si no impide sí, al menos, quita poder a la idea y
necesidad de construir proyectos de vida individuales (Juliano, 2004). Conviene
difundir, por tanto, entre las adolescentes, la idea de que existen muchas
maneras de ejercer la maternidad y que ello no tiene por qué implicar un cambio
en el proyecto de vida.
La manera de ejercer la
maternidad ha sido construida socialmente. Rousseau ejerció una gran influencia
en la construcción de este mito, al difundir la idea de que el cuidado de la
prole corresponde, como deber innato, fundamentalmente a la madre.
No sólo la pedagogía y las
ciencias sociales tradicionales recalcarán este hecho sinó también las ciencias
psicológicas y médicas, la literatura y, por supuesto, la religión.
Este modelo de maternidad se
caracteriza por el cuidado continuado, la preocupación por los deseos y
necesidades del otro y la postergación de los proyectos personales autónomos
como sujeto. Unas veces se postergan enteramente y otras en gran parte, con la
excusa e idea de hacer compatible la maternidad y el proyecto personal, cosa que
raramente ocurre en los hombres. Por contradictorio que parezca, esta idea de deber
innato de la maternidad va unida con sentimientos de culpa acerca del perfecto ejercicio
de la misma, sentimientos muy poderosos gracias a las ideas extendidas en la
pedagogía y psicología tradicionales, que culpan a la madre de todo cuanto
acontece al infante. Sólo recientemente, gracias también al pensamiento y
terapia sistémica, se observan las relaciones familiares y de parentesco
(madre, padre, hijos y todos los componentes familiares) como fuente importante
en la formación de estructuras vinculares y emocionales determinadas por las
interacciones familiares y sociales.
Estos mitos del amor romántico y
de la maternidad como ejercicio innato son de suma importancia en la
estructuración de la sociedad y de gran parte de la economía.
Fuente Charo Altable Vicario. Modelos amorosos que matan
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