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dimecres, 29 de febrer del 2012

Dieta digital personalizada


Es indudable el gran avance y popularidad de las nuevas tecnologías ¡ Y a qué ritmo! Por un lado, nos hacen la vida más fácil, pero, por otro, permiten que nuestros datos e imágenes vuelen por la red y perdamos privacidad.

San Google todo lo puede. Nos proporciona cantidades y cantidades de información que no siempre podemos procesar. A este empacho los estudiosos lo llaman "infoxicación" y es una de las desventajas, junto con la posibilidad de adicción de las tecnologías y redes sociales.

Si crees que te excedes con el uso del móvil, si miras a menudo las diferentes redes sociales, si estás o empiezas a estar "enganchad@"  necesitas realizar una urgente dieta digital.

Os resumo a continuación un ejemplo de dieta digital extraído de La Vanguardia

Ayuno: Ejemplo de ayuno es el de Jake Reilly, un estudiante de Chicago que solía enviar más de 1.500 SMS al mes, se conectaba más de hora y media al día a Facebook, leía los tuits de sus 250 seguidores y hablaba por teléfono durante horas. El 1 de octubre pasado, Reilly decidió cortar con todo: desactivó su móvil, sus cuentas en Facebook, Twitter y Spotify, y avisó que no estaría digitalmente localizable hasta finales de año. (...) La decisión la tomó el día en que estaba con sus mejores amigos en su apartamento y vio que en lugar de hablar entre ellos cada uno estaba pendiente de su móvil (...) Cuenta que así descubrió que tenía más tiempo libre, que se sentía más tranquilo consigo mismo, y que había visto quién estaba dispuesto a invertir tiempo en relacionarse con él..

Diagnóstico: . El primer paso para quien quiere adelgazar su consumo o llevar una dieta equilibrada es hacer un buen diagnóstico de hasta qué punto tiene dependencia digital (...) Hay personas que pueden reducir su exposición pero otras probablemente no porque constituye una de sus herramientas básicas de trabajo.

Laura Borrás, profesora de Literatura de la Universidad de Barcelona e investigadora sobre tecnologías digitales, opina: “Yo estoy en el mundo digital porque me interesa, no por obligación: para mí es un ejercicio de gimnasia mental estar conectada, me gusta y me relaja; la clave es ser tú quien controla la herramienta y establecer estrategias para gestionarla sin morir sepultado por la sobreexposición a información, y yo sólo necesito ponerme a dieta digital en agosto; entonces coloco un cartel de cerrado por vacaciones en Facebook y reduzco mi presencia en Twitter”, relata.

Francisco Sierra, director del Observatorio de Ciudadanía Digital y profesor de la Universidad de Sevilla,  (...)observó que su productividad bajaba(...) “así que decidí que los dos o tres días a la semana que reservo para leer y escribir desconectaría el móvil, porque si miro el correo o quien llama me asalta la ansiedad de contestar de inmediato”.

Berto Pena: “El problema de la tecnología es que la tenemos al alcance pero nadie nos enseña a usarla y se trata de que cada uno defina sus hábitos, porque la solución no es igual para todo el mundo, depende de cómo afecte a tu vida”(...) “El debate sobre si internet y las redes sociales enganchan no es nuevo; con el cine y la televisión ya se planteó, ya se decía que era peligroso el efecto de las imágenes sobre las personas; como ocurre siempre, la clave es el consumo inteligente”.

Genís Roca, especialista en redes sociales y estrategias en internet de la firma Roca Salvatella, subraya que el origen de la obesidad u obsesión digital no estriba en el teléfono, ni en la tableta ni en las redes sociales, sino en la personalidad o los problemas que arrastra cada persona(...)

Roberto Balaguer, psicólogo e investigador de la cultura digital, subraya que antes había un tiempo para el trabajo y otro para el ocio y ahora todo está mezclado (...) La Universidad de Utah y la de Edimburgo concluyen que quienes están en Facebook tienden a tener un estado de ánimo más triste y más ansiedad y más estrés cuantos más amigos tienen en las redes sociales. El neuroeconomicista Paul J. Zak sostiene, en cambio, que la conexión de unos minutos a Twitter o a Facebook aumenta la oxitocina, la hormona de la empatía, y rebaja los niveles de estrés.

Disciplina:  La receta de D.  Sieberg (...) es reiniciar: pasar un tiempo –primero un día y luego todo un fin de semana– desconectado y sustituyendo la tecnología por otras actividades. Superada esa fase propone volver a usar la tecnología dentro de un marco razonable, con un tiempo fijado de antemano.

                                   La clave es diseñarse una dieta digital personalizada.
Fuente

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