Sarah Hepola, recientemente en The New York Times, se interrogaba acerca de quien sería la próxima Gloria Steinem y por qué, en el feminismo, no había surgido una figura similar en cuarenta años. Ella señalaba entonces, que este no es un momento para una figura dominante, porque no existe una narrativa simple del feminismo, sino, feminismos.
Posteriormente, Tabby Biddle en The Huffington Post, se preguntaba qué era lo que se venía en el movimiento de las mujeres. Y se respondía, siguiendo esa línea, que no existía una sola voz que liderara este movimiento en su cuarta ola, sino que eran las voces de todas las mujeres. Y que, como mujeres, sus voces eran la herramienta más poderosa que tenían para cambiar el mundo.
En épocas de crisis se tiende a un retroceso en el movimiento de las mujeres; se restringen presupuestos de asistencia social y se achican todos los planes.
En épocas de crisis se tiende a un retroceso en el movimiento de las mujeres; se restringen presupuestos de asistencia social y se achican todos los planes.
Biddle iba mas lejos y llegaba a plantear que las mujeres tienen hoy una autoridad y confianza interior, en sí mismas y en su poder para transformar el mundo.
¡Mujeres del mundo, uníos!
Este es un llamado a las mujeres de todos los países para que tomen conciencia de su fuerza. Esto viene muy al caso en una Europa en crisis; crisis en las que los países latinoamericanos tenemos gran experiencia.
En épocas de crisis se tiende a un retroceso en el movimiento de las mujeres; se restringen presupuestos de asistencia social y se achican todos los planes: contra la violencia de género, por el empoderamiento de las mujeres, etc.
Para pasar a la acción podemos aprender del ejemplo de Islandia, del que se hizo eco El País, en el artículo de John Carlin, Aurora Boreal. Las mujeres se hicieron cargo de Islandia, primer país que entró en crisis, y a partir de su forma de planificar (pensando a largo plazo y no en el futuro inmediato), incorporaron una exitosa forma de razonar femenina buscando impulsar, desde el punto de vista económico, incluso a los sectores creativos. Su éxito les está dando la razón.
Por eso desde los distintos lugares que se les brinda para tener una voz, las mujeres deben unirse y mostrar su liderazgo en estos nuevos tiempos. Un liderazgo que debe mostrar los derechos de las mujeres sobre sus cuerpos, su salud, la salud y educación de sus hijos, y dar así a conocer sus propias voces para la construcción de un mundo mejor.
Las mujeres del mundo deben unirse y liderar los movimientos feministas, persiguiendo, desde ángulos e intereses distintos, los mismos ideales de equidad e igualdad de género.
Y los hombres que somos conscientes de la necesidad imperiosa de convertir en realidad esa igualdad y equidad de género, debemos acompañar con nuestras voces a estos movimientos feministas diversos.
Solamente así seguiremos avanzando... ¡mujeres del mundo, uníos!
*Alberto Pierpaoli es Graduado en Publicidad y Sociología de exitosa trayectoria en publicidad, investigación de mercado y marketing en Argentina. En los Estados Unidos accedió a los estudios de género aplicados al consumo. Creó The Gender Group, consultora especializada en marketing de género.
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