En El país de las mujeres , ganadora del premio hispanoamericano de novela La Otra Orilla, Gioconda Belli imagina cómo sería el mundo si fuera gobernado por las mujeres, cómo cambiaría la vida de los ciudadanos no sólo al tener una Presidenta, cosa que ha ocurrido ya en varios países, sino en una situación en la que un partido de mujeres estaría gobernando de forma exclusiva por mujeres. ¿Qué pasaría con los hombres? ¿Cómo evolucionarían las relaciones humanas?
Así describe ese mundo, con su desbordante imaginación, Gioconda Belli:
¿Cómo nació la idea de esta novela? El jurado dice que el manuscrito que presentaste originalmente se llamaba “Crónicas de la Izquierda Erótica”.
Sí, se llamaba “Crónicas de la Izquierda Erótica”, esta novela nació hace muchísimos años en mi cabeza, porque durante la revolución hubo un grupo de mujeres que formamos lo que llamábamos el PIE, que era el Partido de la Izquierda Erótica. Nos reuníamos en secreto para coordinar estrategias de cómo abordar los problemas de las mujeres en los diferentes lugares donde estábamos cada una ubicada. No éramos el poder, porque lógicamente ese lo tenían los hombres, pero teníamos posiciones importantes de poder, entonces tratamos ahí de coordinar acciones.
La novela transcurre en un país que se llama Faguas. Los lectores que la lean en Uruguay, en Argentina, ¿con qué lo van a identificar? ¿Los que lo lean en Nicaragua van a encontrar señales de identidad de este país?
Cada quien va a encontrar señales de identidad, porque la verdad es que la realidad latinoamericana se parece en su gran mayoría. Y Faguas es un país inventado, que ya inventé yo hace rato. Es el país donde sucede La Mujer Habitada, mi primera novela, y quiere decir fuego y agua, de alguna manera es una metáfora para Nicaragua, pero sin ceñirme a la realidad nicaragüense como tal, porque yo quería jugar con esa realidad, que no me constriñera la imaginación. Pero hay ciertos personajes que va a reconocer la gente, sobre todo nicaragüense, que ahí aparecen como referencias del pasado.
Viviana Sansón: la Presidenta
El personaje principal de la novela lleva el nombre que usaste para presentarlo como seudónimo ante el jurado, Viviana Sansón. ¿Quién es Viviana?
Hay algo que todas nosotras en esa Viviana Sansón, tal vez de todas mis compañeras del PIE, pero ella es muy diferente. Tiene un instinto tremendo de cómo manejar el poder. Hay un poco de la sabiduría instintiva que tenía tu mamá (la ex presidenta Violeta de Chamorro), por ejemplo, yo le hice una entrevista que fue interesantísima, de cómo ella había ejercido el poder, y ella ejerció el poder desde una perspectiva muy diferente de la que tiene un hombre.
¿Uno de los personajes masculinos principales es un vende raspados (helados)?
Es que esta novela es muy interesante como se me ocurrió, porque un día de tantos, de repente sentí, vi a un señor que vendía raspados, en mi cabeza, y entonces este señor que vendía raspados y que me vino el nombre con el señor, se llamaba José de la Aritmética porque su mamá le había querido poner José de Arimatea (el personaje bíblico que según la tradición era propietario del sepulcro donde fue enterrado Jesús, después de la crucifixión), pero como no se acordó bien le puso José de la Aritmética. Entonces José de la Aritmética está con su carrito de raspados viendo el día que las mujeres toman el poder. Esa fue la imagen inicial, y así empezaba un borrador que yo hice hace como diez años.
¿Y la trama narrativa?
Hace como año y medio, dos años tuve la idea de qué pasa cuando vos te morís, tuve otra imagen de esta mujer que se muere, y cuando se despierta, se levanta, está en un galerón, y en el galerón hay unas grandes repisas que llenan todas las paredes llenas de cosas, y entonces empieza a ver que las cosas que están ahí son todas las cosas que se le perdieron en la vida: los anteojos oscuros, la sombrilla --qué sé yo-- las llaves; todo lo que se le ha perdido; entonces va agarrando cada cosa, y esa cosa la tira al pasado, y le permite vivir esa memoria. Entonces cuando combiné esas dos ideas fue que pude escribir la novela, porque entonces me dio como quien dice, la arcilla para poder contar el cuento y poder armar la historia de una manera interesante.
Cuando uno lee esta novela va como en dos carriles. Por una parte, hay una reconstrucción de la memoria de un movimiento político que toma el poder, y luego también hay una historia detectivesca para tratar de averiguar qué ocurrió en relación con un atentado que sufre la Presidenta. ¿Cómo armas todo el rompecabezas?
Lo voy descubriendo en el camino. O sea, yo tengo una idea, y por cierto se me ocurren en la ducha las mejores ideas, entonces me estaba bañando y de repente dije: --Yo puedo ocupar esta idea para mezclarla con la otra--, y entonces ya se me ocurrió: --Voy a poner a Viviana que tiene un atentado, y después se despierta en este cuarto, y cuando ella empieza a caminar va agarrando cosas, y de esa manera va reconstruyendo la historia de cómo llegaron al poder las mujeres.
Y al mismo tiempo, tenía que haber otro movimiento que era la gente que estaba fuera de ella, para contar la historia de Martina, que es la ministra de las libertades irrestrictas; la ministra de defensa que se llama Eva Salvatierra, que es pelirroja, y Rebeca, que es la ministra de Despensa, porque le cambian el nombre al Ministerio de Economía; y después está Ifigenia, que es la Ministra de Comunicación, que se parece a la Virginia Woolf, y Juana de Arco, que es su asistente, que era una muchacha que es violada y que tiene un episodio con un magistrado que tenía un pingüino en su casa.
¿Un pingüino como mascota?
Sí, y entonces ese magistrado está envuelto en unas cosas muy sucias.
El “felicismo”: utopía de la condición humana
Vamos a la parte filosófica de la novela. Este partido y estas mujeres que toman el poder se proponen instaurar un nuevo sistema que no se llama ni capitalismo ni socialismo, sino que se llama “felicismo”. ¿Qué quiere decir eso de “felicismo”?
“Felicismo”, como la palabra lo dice, es la felicidad, o sea la felicidad como objetivo de todo lo que hace un gobierno, porque todos los gobiernos se ponen otros objetivos, y ese que es tan obvio, que es hacer feliz a la gente, porque la felicidad no está determinada por el mayor producto interno bruto. Las mujeres por lo que se preocupan es por mejorarle la vida de todos los días a la gente.
Esto es diferente que el feminismo tradicional.
Es un salto más allá del feminismo, porque realmente yo creo que el feminismo se ha quedado un poco estancado, porque ha perdido un poco el sentido del humor.
Pero este “felicismo” se define también claramente en relación con la condición de la mujer en su relación con los hombres. Las mujeres toman el poder y a todos los hombres que están en el gobierno los mandan para su casa.
Los mandan a descansar. Han trabajado mucho. Sí, ustedes los hombres se han matado trabajando…
Pero no se sintieron muy felices, muchos se sintieron desplazados.
Sí, porque ellas dicen: --Ustedes, los hombres, han hecho lo que les ha dado la gana todo este tiempo y nadie les ha estado cuestionando lo que han estado haciendo--. Lo que pasa es que cada vez que ellas quieren hacer algo --por ejemplo, ellas deciden que a los barrios que estén limpios les van a regalar el agua y la luz--, entonces los hombres, los ministros, todo se lo quieren parar, y las mujeres dicen: -- No vamos a perder demasiado tiempo discutiendo con ustedes, váyanse a descansar seis meses, les vamos a pagar su salario y déjennos solitas a nosotras. No queda nadie (en el gobierno), ni un chofer ni un jardinero.
¿Esa es una utopía del poder femenino?
Yo creo que es una utopía de la condición humana. El fondo serio de la novela es que si vos te ponés a ver, el mundo está desperdiciando el 50% de su potencial humano porque la mujer no tiene su plena participación en la sociedad. ¿Y qué pasa? La mujer sigue siendo marginada, porque su rol biológico la ha marcado de tal manera que se le carga a ella toda esa responsabilidad, cuando, realmente, lo que ha faltado --que es lo que apunta este libro-- es que el mundo del trabajo se reorganice para adaptarse al ingreso de las mujeres al mundo del trabajo, al mundo político, al mundo público. O sea, lo que pasa es que las mujeres hemos entrado al trompón y a la patada en ese mundo, pero ese mundo no se ha adaptado para nosotros: no hay dónde dejar a los chavalos; si está una mujer dando de mamar no tiene un lugar donde irse a estar con su niño, que se lo lleven de abajo a una guardería, que a las empresas privadas se les dé un incentivo fiscal para que hagan guarderías para que la gente pueda tener a sus hijos cerca.
Todo eso, y que los hombres también ejerzan la maternidad, por eso en El País de las Mujeres, en la universidad dan unas clases de maternidad, desde la secundaria los chavalos y las chavalas reciben clases de maternidad, todos salen “tigres” a sacar eructos, a cambiar pañales, a todo eso, pues, porque así debería ser.
El manifiesto de la Izquierda Erótica
¿Y todas estas mujeres del Partido de la Izquierda Erótica, son ángeles, acaso no heredaron una cultura autoritaria, todas son buena gente?
No es que sean ángeles, y creo que ahí se ve en varios de los personajes que tienen problemas, que no saben cómo adaptarse a ciertas cosas, que se ponen furiosas, o sea, ellas son mujeres de carne y hueso, pero la forma en que ejercen el poder es lo que hace que ellas no tengan esos pleitos que existen en el prejuicio masculino de que las mujeres nos vivimos peleando.
Y yo creo que es la forma de ejercer el poder. Si vos cambiás esa forma de ejercer el poder, si el ejercicio del poder se vuelve un asunto de tratar de cambiar no por quién votamos, sino cómo vivimos, ¿me entendés? Ellas tratan de cambiar cómo vivimos, esa es la gran diferencia en estas mujeres maravillosas del libro.
Esta novela es una provocación literaria, una sátira política, pero también hace pensar a la gente, y como en este país vamos a tener elecciones el próximo año, ¿te gustaría que Nicaragua fuera como El País de las Mujeres? ¿Qué tendría que ocurrir para que lo que te imaginás en este libro pudiera pasar en este país?
Yo estoy armando una insurrección a mi propio modo y con mis propios recursos, porque yo sí creo que este libro tiene un potencial para hacer pensar, sobre todo, y para tirar ideas y para empezar a cranear otras cosas. Eso que te digo, no cambiar solamente cómo votamos, sino cómo vivimos. Entonces, tengo una página web, a la que están todos invitados, es www.partidoizquierdaerotica.com, y ahí se pueden suscribir, y la idea es crear como una especie de partido global.
Por aclaración, ¿ese partido es sólo para mujeres o es también de hombres?
Bueno, queremos empezar las mujeres, como este libro, igualito que este libro, quisiera que los hombres no lo leyeran.
¿Por qué?
Porque, pues, es una cosa como un secreto para las mujeres, entonces, pues, si lo quieren leer pues es a su cuenta y riesgo, pero yo prefiero que las mujeres lo lean primero.
¿Cuál es el símbolo del Partido de la Izquierda Erótica?
Son unos piecitos, la silueta de un pie con las uñas pintadas de rojo, y bueno, ahora para el lanzamiento vamos a hacer una cosa muy simpática que va a ver la gente. No les voy a adelantar, pero es un poco tratar de que la realidad y la ficción se mezclen un poquito. A mí me encantaría hacer el Partido de la Izquierda Erótica aquí en Nicaragua, pero, pues, las leyes son tan difíciles, hacer un partido aquí es casi imposible.
Y quién sabe si el Consejo Supremo Electoral lo permite. No, estamos seguros de que no lo permitiría.
Vamos a ver si algún partido político, si algún candidato endosa algunas de las propuestas del manifiesto del Partido de la Izquierda Erótica que están en el libro.
Claro. Ese manifiesto se los vamos a dar, vamos a repartirlo en la calle, porque yo creo que ese manifiesto es importante.
Y mientras tanto, ¿tenés en este momento otro proyecto literario?
No, en marcha no, porque realmente este libro me dejó bastante cansada, pero fue una experiencia tan linda escribirlo, y realmente me divertí, y yo creo que la gente se va a reír muchísimo, pues porque aunque hemos hablado de todas estas cosas serias, realmente el libro todo lo presenta de una manera muy divertida, pues, porque es una provocación, es una especie de burla cariñosa.
Tenés compromisos de la promoción del libro fuera del país, supongo.
Sí, a finales de septiembre salgo para Santiago de Chile, después voy a Buenos Aires y después a Lima, después, más adelante, en octubre voy a México, después voy en noviembre a España, y después otra vez vuelvo a México a principios de diciembre para la feria del libro en Guadalajara, así es que va a ser un periplo grande.
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