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dilluns, 26 de desembre del 2011

"La sociedad no se puede permitir tener ciudadanas esclavas"

La escritora Rosa Regàs acaba de publicar su primer ensayo sobre la desigualdad de género: 'La desgracia de ser mujer'


Después de haber dado vida a un sinfín de personajes femeninos, la escritora Rosa Regàs (Barcelona, 1933) acaba de publicar su primer ensayo sobre la desigualdad de género. La desgracia de ser mujer(Ara Llibres) es un manual para "saber mirar" y reconocer las "afrentas" que reciben las mujeres sólo por ser mujeres. Situaciones que no se libran de la crítica de Regàs, que, declarada feminista sin pelos en la lengua, advierte: "Soy una anciana y ya puedo decir lo que me dé la gana".
Su libro es un toque de atención sobre los múltiples "tormentos" que sufren las mujeres. ¿La sociedad es consciente de ello?
"Las niñas han sido educadas por madres que, aunque no lo saben, son machistas"
Somos conscientes de las desigualdades, pero nos hemos acostumbrado a ellas. Aún sigue pegando el discurso de que las mujeres ya hemos conseguido mucho más de lo que esperábamos y nos hemos vuelto poco luchadores ante las injusticias.
Injusticias como la desigualdad salarial o el "techo de acero", como usted lo llama.
La desigualdad en el trabajo es muy fuerte. Hay hombres que no contratan a mujeres porque piensan que rinden menos, pero se lo inventan. Y hay quienes sí contratan a mujeres, pero se inventan la división en categorías para meterlas a ellas en las más bajas para que cobren menos, aunque realicen el mismo trabajo que sus compañeros.
¿Por eso está a favor de las cuotas de paridad?
Estoy a favor de las cuotas de paridad porque está todo tan lleno de hombres desde hace tantos siglos que las mujeres necesitan un impulso, por ejemplo, para acceder a las altas esferas de los partidos políticos. Además, para los que dicen que puede que se quite un puesto a un hombre válido para dárselo a una mujer tonta les diré que llevamos tantos años con hombres tontos que porque haya una mujer tonta tampoco pasará nada, ¿no?
Usted ha experimentado en varias ocasiones lo que es ocupar un alto cargo. ¿Alguna vez ha sentido discriminación?
Sí sufrí discriminaciones pequeñas, de esas que todas sabemos lo que son, aunque pasan como si no fuera nada. Pero no les di la menor importancia. Me considero una privilegiada; si cuento los elogios que me han dedicado, superan con creces a esas pequeñas cosas. Pero somos nosotras, las privilegiadas, las que tenemos la posibilidad de dar voz a quienes no la tienen.
"Los derechos de las mujeres los controlan los hombres que hacen las leyes"¿Como las víctimas de violencia de género que no tienen protección de la Justicia?
Sí, porque los derechos de las mujeres están siempre controlados por los hombres, que son los que hacen las leyes. Y como te toque un juez como Del Olmo...
¿El fin de la violencia está en manos de los jueces?
No sólo los jueces tienen que implicarse en la lucha, sino todos los hombres. Es muy curioso: si organizas una manifestación contra la pobreza, hay hombres y mujeres, pero si organizas una contra la violencia de género, el 99% son mujeres. ¡Como si a los hombres no les tocara este problema! Necesitamos que el delito sea reconocido en el corazón de la gente, y no sólo en las leyes, porque las leyes no se cumplen. Y la sociedad aún piensa "alguna cosa habrá hecho" o "esto siempre ha sido así".
¿Significa eso que vivimos en una sociedad machista?
La sociedad sigue siendo machista por culpa de las religiones, que aún exigen que la mujer esté sometida al hombre. Por ejemplo, la Iglesia no deja que las mujeres sean minitras de dios, y fíjese que ellos no son impuros nunca, pueden ir de putas todo lo que quieran, que las impuras son las putas.
¿Cree que las jóvenes han recibido esa herencia?
Las niñas han sido educadas por madres que, aunque no lo saben, son machistas. Todavía muchas mujeres creen que su realización está en ser "el ángel del hogar" y no se dan cuenta de que esa idea de amor romántico las lleva a ponerse al servicio de los hombres. Y eso es perjudicial para todos: la sociedad no puede permitirse el lujo de tener ciudadanas esclavas.
¿Qué hace falta para cambiar esta situación?
Educación. Desde la escuela, la familia y los medios. Hay que llamar la atención del nuevo Gobierno del PP para que se den cuenta de que la igualdad también repercutirá a favor de ellos. Y necesitamos muchos más hombres que ayuden a luchar contra una lacra que, desde 2003, ha costado la vida de más de 600 mujeres.

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