Hands

dijous, 28 de febrer del 2013

Cassandras contemporáneas



A continuación publicamos un artículo de Sara Berbel en el que reflexiona sobre el papel de las mujeres en el cine en amplio espectro, desde la situación de la dirección, la conciliación o el rol en los contenidos. La autora acaba de publicar “Directivas y empresarias. Mujeres rompiendo el techo de cristal” por la editorial Aresta, que se presentará el próximo 14 de marzo en Barcelona

Febrero está resultando un mes cinematográfico también para las mujeres. Por primera vez, diversos colectivos internacionales de creadoras se han reunido en la 63º edición de La Berlinale para analizar su papel en la industria y reivindicar su presencia. Los diarios, en el marco de esta noticia, se han aventurado a explorar el rol de las mujeres también en los contenidos de los filmes, y hemos podido leer artículos interesantes y más profundos de lo habitual. En La Vanguardia (30-1-2013), el profesor Jordi Balló se pregunta sobre las nuevas heroínas en las películas y series de culto, así como por sus dificultades para romper el techo de cristal. En el semanario La Directa (22-2-2013), Víctor Alonso alude al test de Bechdel (el test de las mujeres invisibles, lo llama) haciendo un interesante repaso de las mujeres que aparecen en algunas de las películas más premiadas del momento.

Hoy, todavía con la resaca de los Óscars, es más pertinente que nunca preguntarnos por las tres cuestiones que señala el test de Bechdel: ¿Aparecen dos mujeres en las películas premiadas con nombre propio? Hablan entre sí las dos mujeres? ¿Conversan sobre algún tema que no sea un hombre?. Nos tememos que casi ninguna de las películas premiadas aprueba el test.

Es cierto, sin embargo, que poco a poco las situaciones y roles de las protagonistas cambian y encontramos mujeres de gran valía en series como Homeland o incluso en la película “La noche más oscura”, ambas en el entorno de la CIA, en donde su profesionalidad e inteligencia acaban triunfando. No obstante, el precio que pagan es el mismo que el de todas las mujeres que alcanzan puestos de dirección o se acercan a lugares de poder: es decir, no logran compatibilizarlos con la vida privada y al final ésta acaba sucumbiendo. “Parece que para que una mujer triunfe en su trabajo no puede tener amigos, amantes, no puede tener vida social y no puede divertirse. A un director de cine no le llaman como a mi durante un rodaje en una plataforma petrolera para pedir el teléfono del técnico de la lavadora” se lamenta irónicamente Isabel Coixet (El País, 30-1-2013). Por otra parte, los obstáculos del invisible techo de cristal se muestran nítidamente cuando observamos la enorme tenacidad de nuestras heroínas, la dificultad de ser reconocidas, la desesperación por no ser escuchadas ni comprendidas, cual Cassandras contemporáneas, la ansiedad por su soledad en espacios fundamentalmente masculinos.
Tal vez la situación cambie cuando la paridad llegue también a la dirección cinematográfica. Sólo 9 de las 172 películas producidas en 2007 fueron dirigidas por mujeres en España (un escaso 5’2%) según un estudio de la Universidad de Sevilla, y sólo un 12% de mujeres ocupan puestos en los consejos de administración de las grandes empresas de nuestro país. Como afirma la directora Iciar Bollaín, la invisibilidad femenina supone “la marginación de la experiencia vital de la mitad de la población de este planeta”. (El País, 30-1-2013) ¿Puede nuestra sociedad permitirse tal despilfarro de talento?
Sara Berbel es Doctora en Psicología Social por la Universidad de Barcelona y licenciada en Filosofía y Letras (Psicología) por la Universidad Autónoma de Barcelona. En la actualidad compagina su trabajo en la administración pública con la docencia universitaria de tercer ciclo.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada