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dilluns, 29 d’abril del 2013

Elvira Moya de Guerra Valgañón Primera mujer catedrática de Física Nuclear


Es una pionera de la lucha de las mujeres españolas por demostrar su valía en el mundo de la investigación científica. Corría el año 1983 cuando Elvira Moya se convirtió en la primera mujer que obtuvo una cátedra de Física Nuclear. Para entonces vivía en Badajoz, ciudad en la que trabajó durante tres años para la Universidad de Extremadura, desde 1982. La física continua siendo la pasión de esta científica que intervendrá esta semana en el Aula HOY para hablar de la mítica Madame Curie.
-Usted es una mujer muy importante porque fue la primera catedrática de Física Nuclear.
-Sí y probablemente de Física en general.
-Supongo que se lo recuerdan constantemente.
-No, no me lo recuerdan y yo procuro no acordarme porque así no me acuerdo de los años que tengo ya.
-Pero se convirtió en un indicativo de que las mujer podían lograr todo lo que se propusieran.
-Sí, de hecho mis colegas femeninas me lo han reconocido mucho. Así como tuve una primera época en la que la vida fue bastante dura como mujer en la Física, después el reconocimiento que me han tenido siempre mis colegas femeninas me ha compensado, amén de otras cosas.
-¿Cómo se fue decantando su vocación hacia la Física Nuclear?
-Seguramente por un afán de originalidad que uno tiene cuando es niño y después cuando es adolescente. Es un área que siempre me ha interesado y, en aquella época, si uno quería hacer algo en la vida tenía que ser físico nuclear. Ahora está muy poco apreciado desde el punto de vista social pero, entonces, ser físico nuclear era como el súmmum de todos los científicos porque era un mundo nuevo y la sociedad y los gobiernos tenían mucho interés en desarrollar todo lo que tuviese que ver con las ciencias nucleares. En concreto los físicos nucleares estaban considerados como los más valiosos. Dentro del mundo de la ciencia les tenían un gran respeto y todavía lo tenemos porque, aunque no estemos de moda, aún se nos reconoce una formación muy importante.
-Sin embargo, siguen siendo fundamentales para explicar multitud de fenómenos y nuestra propia vida.
-Sí, tiene cantidad de aplicaciones.
-¿Esperan importantes hallazgos en este campo en los próximos años?
-Los hallazgos siempre se esperan y nunca se sabe cuándo van a venir. La Física Nuclear lleva tantos años de rodaje que no se esperan grandes novedades. Pero siempre aparece una nueva aplicación o fenómeno. Insisto, las investigaciones se hacen buscando una cosa y, a lo mejor, aparece otra que no se esperaba y que es más importante.
-Va a hablar de Madame Curie. Ella sigue siendo el gran personaje para las mujeres científicas.
-Ha sido una inspiración no sólo para los científicos, sino para muchas mujeres que ni siquiera se han dedicado a la ciencia, pero a las que ha inspirado curiosidad y respeto por su buen hacer, porque era una mujer muy entregada a su trabajo y una gran científica. La prueba es que es la única que ha obtenido dos premios Nobel en dos áreas distintas, Química y Física. Pero, amén de una gran científica, era una mujer con unas cualidades humanas muy importantes. Todo eso ha hecho que sea una figura muy atractiva para personas de muy diversas áreas de conocimiento que se han interesado por ella.
-Pagó un alto precio en enfermedad por sus trabajos pioneros.
-Sí. Conozco un refrán que dice que cada uno muere víctima de sus propios ideales. Y este es un buen ejemplo de ello. Ella no podía imaginar que usar los elementos radiactivos en la manera en que ellos lo hacían podía acarrearles esos problemas. Creo que incluso después, cuando se dieron cuenta de que les dañaba la salud, antepusieron el interés científico a cualquier otro interés por su persona física.
-El ambiente social no era en su época el más adecuado, pero sí parece que Madame Curie tuvo el apoyo familiar que las mujeres científicas necesitan.
-Tuvo el gran apoyo de su marido, sin el cual nunca habría podido desarrollar lo que hizo. Fue una mujer excepcional, pero él también era un hombre excepcional. En aquella época no había hombres como Pierre Curie que, primero, no sólo aceptaran que su mujer dedicase todas las horas del día a su trabajo, sino que él mismo dictaba las vías para que pudiese hacerlo.
-Ha dicho que se ha sentido muy reconocida por sus colegas mujeres. ¿Es diferente ese reconocimiento al que le han tributado sus colegas varones?
-Yo no tengo una actitud beligerante en estos terrenos, en relación al feminismo, ni la he tenido nunca. Pero sí puedo decir que, durante muchos años de mi trabajo como científica, los hombres siempre trataron de arrinconarme. De una manera natural, quizá ellos ni siquiera lo hiciesen a propósito. En cambio, cuando he sido mayor ha habido otras mujeres más jóvenes que han venido a decirme que me consideraban un ejemplo y que había conseguido muchas cosas. Y eso jamás me lo ha dicho ningún hombre.
-¿Cual es el campo en el que ha trabajado con más intensidad?
-La Física Nuclear teórica. Sigo en estos temas, una especie de intermedio entre Física Nuclear y Física de Partículas pero decantado hacia la estructura y reacciones de los núcleos, desde un punto de vista teórico pero con vistas a las comprobaciones experimentales.
-La palabra nuclear sigue asustando un poco...
-Sí, asusta mucho. Eso pasa con todas las ciencias que se hacen imprescindibles y famosas en un momento determinado y después producen un rechazo tremendo. El otro día contaba un colega químico en una conferencia que, hoy, decir que algo tiene química es negativo desde el punto de vista coloquial. Y sin embargo, en un determinado momento todo el que se preciaba de ser científico tenía que conocer la Química y las industrias químicas eran las más importantes. Y no es que hayan dejado de serlo, pero la percepción social cambia. Y con la Física Nuclear pasa algo parecido, la percepción social ha pasado de considerarla inasequible a que ahora todo lo que lleva la palabra nuclear esté demonizado. Desde mi punto de vista, lo único que es malo son las bombas y las armas y todo lo demás se ha demostrado ser útil para la humanidad. Ha sido uno de los descubrimientos más revolucionarios y que seguramente, cuando la humanidad esté en un grado de civilización más avanzado, se utilizará más de lo que se utiliza ahora.
-¿Le da miedo el futuro pensando en los recortes que está sufriendo la investigación en nuestro país?
-Miedo, no; me da un poco de pena por la gente joven que está perdiendo oportunidades. También a los que somos de más edad nos han dejado en el barranco esperando a ver si podemos hacer o no podemos hacer las cosas. Miedo, no. El mundo científico en España ha adquirido un punto de desarrollo en el que es difícil que vaya para atrás. Podrá crecer a un ritmo o a otro, pero va a seguir creciendo porque España tiene muy buenos científicos. Eso es lo fundamental a la hora de crear escuela.
-Es un alivio dentro del pesimismo general que hay en el país.
-La comunidad científica española está en un punto en el que es muy difícil que vaya hacia atrás. No hay que pensar que nos están cortando todas las alas. Unos colegas y yo teníamos un proyecto de investigación y lo seguimos teniendo. La Universidad sigue haciendo esfuerzos para contratar a la gente joven valiosa que tienen. Desde luego es así en la universidad en la que yo estoy (Universidad Complutense). A lo mejor, lo que se está haciendo es racionalizar el sistema. Hemos pasado por unos años en los que el dinero no se gastaba muy bien, hay que reconocerlo y corregirlo. Quizá el problema en España, que es lo que más conozco, es que, cuando hay dinero, es excesivo y se gasta mal y cuando hay poco también se recorta mal. Es que, hacer las cosas bien es bastante difícil.

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