Manifestación del Día de la Mujer en Madrid en 2009. / CRISTÓBAL MANUEL
España ha retrocedido 14 puestos en el índice global de igualdad de género del Fondo Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), principalmente debido a la disminución de la presencia femenina en ministerios. En abril, con el cambio de Gobierno, España pasó de la paridad a la designación, por parte de Rajoy, de mujeres para solo un 28% de los altos cargos.
El informe que elabora cada año WEF, un organismo independiente, basándose en el acceso de ambos sexos a educación y la salud, en la igualdad económica y en la participación política de las mujeres, baja a España del puesto 12 al 26 en el ránking de 135 países estudiados, por debajo de Nicaragua, Mozambique o Burundi.
Por contra, Islandia, Finlandia, Noruega, Suecia e Irlanda lideran la clasificación en cuestiones de igualdad. En la cola de la lista se encuentra Yemen, por detrás de Egipto, Irán, Mali, Marruecos, Costa de Marfil, Arabia Saudí, Siria, Chad y Pakistán. Entre los 15 mejor clasificados está también Nicaragua, Filipinas y Lesoto, países con grandes desigualdades sociales pero con buenos indicadores de salud y mortalidad y alta presencia de mujeres en puestos de responsabilidad del Gobierno, según WEF.
España logra su mejor nota, un 0,99 sobre 1, en logros educativos (38 en la clasificación), seguido de un 0,98 en sanidad y mortalidad, un 0,64 en participación económica y oportunidades y un 0,23 en influencia política.
El WEF pone de ejemplo a los países nórdicos, que "han cerrado la brecha en más del 80%". La mayoría de economías desarrolladas han tenido éxito a la hora de reducir la desigualdad en materia educativa, pero son pocas las que lo han trasladado al mercado laboral, la participación económica y la igualdad de oportunidades, según el Fondo Económico Mundial, al que cita EFE. "Estas sociedades han hecho posible que los padres hagan compatibles trabajo y familia, lo que ha resultado en altas tasas de participación laboral femenina, mayor reparto en el cuidado de los hijos y una distribución más equitativa del trabajo en casa", no como otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) como Alemania, Japón, Italia y España, donde políticas insuficientes en este sentido "hacen que tanto las tasas de nacimiento como de participación laboral de la mujer sean más bajas".
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